ESPERANZA DE TRIANA
Y de pronto se ha callao el sonar de las trompetas y allá a lo lejos se escucha el cante de una saeta.
Ya los fieles se apretujan en las aceras del puente que parece que se cae del peso de tanta gente.
Y es que tó el mundo desea volverla a tener en casa, mientras le gritan llorando ¡Esperansa!, ¡guapa!, ¡guapa!
Ya se va oyendo a lo lejos el redoble de tambores, y por toas partes se huele a incienso, romero y flores.
Y entre el bullicio y el llanto, desde un balcón con masetas, se oye en tó el río, con fervor, el cante de la saeta.
Unos gimen, otros rien, otros empujan pa vé lo más bonito der sielo que al mundo vino a nasé
Y la Virgen, despasito, mu cansaíta y gitana, va volviendo a poco a poco a su querida Triana.
¡Que triste viene la pobre, que molía y que cansá, de tanto llorar siguiendo al Hijo a la Catedrá!
To er mundo llora con ella, toa Triana es un clamor de ver a su Virgen bella llena de tanto dolor.
Y en silencio ya se escucha la orden der capatá, llevarla con cudiaíto... no se vaya a lastimá. ¡Mi Esperanza marinera!, ¡Madre bendita de Dios! ¡Tienes carita de pena! ¡Y vas repartiendo amor...! |