ESTAMPA
Allá a lo lejos se escucha un cante por soleares, de un hombre que se lamenta, contandonos sus pesares.
Y es que su yegüita torda tié la pata lastimada y no pué llevá a la novia a su grupa, engalanada.
¿Y ahora que jago, Dios mío, con lo guapa que sa puesto, con su traje de gitana?. ¿Que solución doy a esto?.
¿Como saco yo a la feria, lo más lindo de Sevilla? ¡Hay que tené mala pata! ¿Que le digo a mi chiquilla?
A lo mejó Manolillo, mi amigacho el jerezano, me presta su jaca torda... Pa eso dice que es mi hermano...
Manolillo, Manolillo, cucha que problema tengo, que me quedé sin mi jaca en el último momento,
y la Charo se me sale de lo guapa que sa puesto, echame una mano, macho, echame una mano en esto.
Y Manolillo va y dice, mira Juan, no te disguste, que vas a llevá a la Charo con tronío y mucho fuste.
Toma mi jaca Lucera, te la empresto hasta las seis, monta a la grupa a tu novia y presume como un rey.
Y allá que trota el Juanele, con su Charo, tan ufano gracias a su buen amigo, Manolillo, el jerezano.
Cantando por alegrias, va luciendo a su chiquilla, invitando a toas las gentes a un chato de manzanilla.
¡Esa es la feria de abril! ¡La fetén, la de Sevilla! ¡La que está juntito al río! ¡Allí mesmito, a su orilla! |