FIESTA EN LAS CUEVAS
Hay luna llena en el cielo, muchas cañas y chumberas, gitanas de pelo negro delante de las mil cuevas y el fuego chisporroteando muy cerca… junto a las pencas prestando luz y calor a todas las gentes buenas. Ahí está la luna, el fuego, también unas sombras nuevas, son sombras de carne y hueso que la zambra trae y lleva.
En el centro de la plaza, por llamar de esa manera, se van juntando las gentes y en sus pechos hay quimeras. Personas de casta brava con la mirada altanera, sonrisa eterna en sus labios y ojos negros con ojeras. Ellas con pequeños pies y talles que se cimbrean, ellos de piel bronce oliva con brillos de tez morena.
Mil chispas salen del fuego confundiendo a las estrellas. La luz brilla en el camino, los ojos como centellas y al compás de intenso baile el Sacromonte se alegra. Aquel tropel de gitanos bailan y viven la juerga. Fiesta en las cuevas del monte que espera una señal cruenta celebrando el gran casorio de la gitana más bella.
Se oye rasgar la guitarra, los brazos revolotean, las palmas suenan con fuerza y roncas voces canturrean. Allá en frente la Alhambra asombrada ve y espera pues no comprende muy bien quién es allí la más bella, si el Sacromonte y sus zambras las gitanas de la fiesta, ella misma que es la joya o Granada que es la reina.
Y mi “Graná” la sultana con blanca luz por bandera, la que en plazuelas con duende los sus amores encierra, la que oliendo a mil claveles se está mirando en su Sierra… abre los brazos y en ellos abraza “to” lo que encuentra. Chumberas y cuevas blancas las mil cañas polvorientas, sus gitanos, las flamencas, cien fogatas, lunas llenas, la Alhambra, el Sacromonte y a “toa” Andalucía entera.
JOAQUIN PEREZ DE LA BLANCA |