GHARNATAH (Agua oculta que llora)
Granada eres más de lo que cuentan. Ojos negros de amor y zambra y pensamientos que de la noche al alba juegan y enredan con sentimientos. Ocultos claveles rojos tras celosías, temblor de labios van desgranando como rosarios unas sonrisas que creo mías.
Vara enjuta de nardo puro que el viento acaricia si no es muy duro. Piel cobre oliva de pelo negro, largo, brillante que se ensortija entre su cante. Sus brazos son como norias, revolotean despacio como la brisa y cantan a gloria allá en la misa.
Granada verde alameda, hoja que tiembla cuando pasa a su lado el agua fresca. Es gorrión que pica, juega, vuela hasta el gran árbol y luego murmura de la Pineda. Entre jara y juncos mi niña duerme ¡dí al ruiseñor que calle no se despierte!.
No sólo es eso, la mi Granada tiene más cosas que no se escapan. El Albayzín, en noches de luna por alminares canta el almuecín. ¡Se ha visto a la reina por otras cortes...! y allá a lo lejos brilla el Genil, La luna sube a las altas torres mientras mira y suspira el rey Boadbdil.
Fresas por primavera almendros blancos, olor a membrillos hay en la vega, la hierbabuena... Nieve reluce en las altas faldas del gran Veleta, las barbas de Mahoma el gran profeta. En Santa Ana tocan a muerto mientras.... el Dauro se esconde dentro.
Granada estrecha de calles largas, punta y filo en las esquinas de grandes facas. El agua clarita la van vendiendo y el pobre borrico la va sufriendo, la va sufriendo. Papas de la sierra, volaeras y la gente dibuja las dos aceras una que baja y otra subiendo, otra subiendo....
Vuelan espíritus por los tejados de reyes unos otros de bravos y muchos se cuelan por los sembrados. La cuesta del Realejo es la que luce como un espejo y allí vemos al moro que llora llora por los rincones de alguna aurora. LLora la aurora.
Las plazuelas de Granada tienen esencias, su gran silencio lleno de ausencias. A la rueda rueda, la paloma blanca a la rosa hablaba, yo... te querré siempre, tú ya me amabas. La Carrera reza allá en la Virgen. Los Jilgueros blancos que vuelan bajo tambien le cantan, es su trabajo. (si muero, dejad el balcón abierto... FGL.)
JOAQUIN PÉREZ DE LA BLANCA |