MI ÚLTIMO AMOR

Amor mío, amor mío,
Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo.
Y acaba de irse aquella que nos quería. Acaba de
salir. Acabamos de oír cerrarse la puerta.
Todavía nuestros brazos están tendidos. Y la voz
se queja en la garganta.
Amor mío...
Cállate. Vuelve sobre tus pasos. Cierra despacio
la puerta, si es que no quedó bien cerrada.
Regrésate.
Siéntate ahí, y descansa.
No, no oigas el ruido de la calle. No vuelve. No
puede volver.
Se ha marchado, y estás solo.
No levantes los ojos para mirarlo todo, como si en
todo aún estuviera.
Se está haciendo de noche.
Ponte así: tu rostro en tu mano.
Apóyate. Descansa.
Te envuelve dulcemente la oscuridad, y
lentamente te borra.
Todavía respiras. Duerme.
Duerme si puedes. Duermes poquito a poco, deshaciéndote,
desliéndote en la noche que poco a poco te anega.

¿No oyes? No, ya no oyes. El puro
silencio eres tú, oh dormido, oh abandonado,
oh solitario.
¡Oh, si yo pudiera hacer
que nunca más despertases!