PANDERETA
¡Beban otros las burbujas de esa champaña extranjera! ¡Yo prefiero las agujas del vino de la Ribera! Sin desdeñar lo extranjero en vino y arte prefiero lo netamente español... Me gusta la manzanilla las mujeres con mantilla, el rasguear de una guitarra bajo el toldo de una parra en una tarde de sol.
Y en la austeridad severa de una estancia castellana sorprender una mañana toda el alma de Castilla dentro de una serranilla del Marqués de Santillana, o en la gracia soberana de una estrofa de Zorrilla...
¡Oh, Castilla, mi Castilla! mi rancio suelo español, mis romances de Zorrilla, mi caña de manzanilla hecha con hebras de sol... Te aseguro que no envidio ni otras patrias ni otros cielos, yo prefiero, como Ovidio el solar de mis abuelos. Cambio toda la elegancia de tus vestidos de Francia, todos tus ricos tesoros de tus plumas y tus pieles, por el ramo de claveles que te llevas a los toros...
Más que todos los sombreros, más que todas las diademas que inventaron los joyeros, me gusta, la maravilla del marco de tu mantilla cuando te miro apoyada sobre una capa bordada tendida en tu barandilla de delantera de grada.
Me gustas por tu arrogancia, me gustas por tu constante desplante de chulería. Me gustas por cariñosa, me places por religiosa, me seduces por celosa y me encantas por bravía. Te quiero por tu alegría, por tu gracia macarena por tu mirada serena y tus labios de amapola.
Te quiero por española y te adoro por morena, y te quiero porque eres la más hermosa mujer entre todas las mujeres.
PEDRO MATA (1811-1877) |