RIO LOCO
¡Qué caprichoso mi río! ¡Qué caprichitos tenía!
Y por eso, por algunos caprichitos que tenía lo llamaron: río loco.
¿Que qué caprichos tenía? En vez de rodar pabajo le dio por rodar parriba.
¡Con que loco...con que loco...!
Pues quién pudiera tener esa locura bonita.
Que, en el correr de los años, ¿a quién no le gustaría en vez de seguir pabajo echarse a rodar parriba?
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