SONETO

Tú me has ido dejando de la mano,
Señor, desde el inicio de mi paso,
sin tregua, sin quizás, sin un "acaso"
hasta envolver mi vida en lodo insano.
 
¿Pesada cruz mañana me preparas?
¿Harás cuesta empinada de mi marcha?
¿O cubrirás, tal vez, con triste escarcha
la ilusion siempre en flor que me deparas?
 
Jamás te pediré que se detenga
la marcha inexorable del destino
que en esta tu criatura has señalado
 
Pero sí que esa flor que se me ha dado,
ajena al fango de mortal camino,
si fingida, en mi alma se mantenga.

Autor: Francisco Lorca Cano